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Enclavado en un paisaje montañoso de impresionante belleza, Azanza se alza a 835 metros sobre el nivel del mar, ofreciendo a sus visitantes un refugio de tranquilidad y encanto rural. Con apenas 28 habitantes registrados en 2024, este pequeño pueblo conserva la calidez de sus gentes y la autenticidad de la vida tradicional navarra, que celebran sus fiestas en el mes de septiembre.